domingo, 10 de junio de 2012

UNA VOZ

Yo sé que tú no te vas a enterar, yo sé que tú no lo vas a leer, ni a escuchar, quizá porque no te lo voy a decir, es simplemente, que lo voy a dejar que exista, y a seguir adelante. Llegará el día, yo lo sé, en que mis pies no puedan dar un paso más. Hoy voy a seguir, mis pies aún pueden andar, aunque a veces ya voy notando cómo se cansan. No es que 33 años sean 60, pero tampoco son 24, y tengo muy claro que el tiempo no va a perdonarme a mí ni a nadie. Tengo muy claras mis posibilidades y lo que quiero intentar cada día, tengo muy claro a donde no puedo llegar, por más que quiera, de lo que soy o no soy capaz, y distinguirlo muy bien de lo que me gusta o no me gusta. ¿Habéis tenido alguna vez esa sensación de “trágame tierra”?. Yo la tuve hace unos días y la he tenido muchas otras veces, sé que me ocurrirá más veces por más viejo que sea, por más años que viva y más experiencia que tengo, seguirá siendo igual de horrible. En algún sitio leí alguna vez, que se muere de vergüenza y no de miedo. Aquí, hoy, no sé qué pensar, si trágame tierra o trágame mar, el agua traga y esconde seguramente igual que la tierra. Mis sentimientos y mi amor, mi fe, son firmes, inamovibles, existen y perduran, resisten, forman parte de mi esperanza, mi cuerpo en cambio se resiente, mi alma se duele, puedo sufrir y aguantar, puedo sonreír, ser feliz, luchar o dejarme vencer, soy consciente de todo eso y me apetece intentarlo, pero me apetece intentarlo sólo porque nadie diga nunca (incluido yo) que no lo intenté. Prefiero sufrir y fracasar habiéndolo intentado que desvanecerme sin dejar en ésta tierra un pequeño rastro de energía, un pequeñito e insignificante rastro por donde una vez pasé en vida. A veces puedo darte más de lo que nunca imaginaste cariño, pero a veces no puedo ni podré, a veces no estaré a tu altura aunque tú no lo sepas, el camino es largo y duro a veces, y a veces, tendrás que esperar a que te alcance porque me cansaré de andar y pararé un momento o iré despacio, lo mismo que haría yo por ti. Hoy tengo miedo, estoy cansado y necesito reponer fuerzas, dame un beso y sigue tú por mí, estoy seguro de que conseguirás todos tus objetivos y serás feliz, precisamente porque no llegarás a saber nada de esto, tú estás hecho de otra pasta. Yo echo de menos “el piano”, no soy capaz de seguir selva adentro sin él, era mi voz, ya no puedo hablar sin él. A E.G.