Que te me fuiste, momento,
y que no me cabe duda,
que me dejaste, a solas...
con el recuerdo que aún dura…
Que te marchaste callado
sin despedirte de mí,
cuando de ti yo era el alma
que a ti, momento, te dí.
Y que te has multiplicado
por millones de ejemplares,
tantos momentos, tantos,
en tantísimos lugares…
En los sitios pequeñitos
y en grandísimos solares,
habitaciones en sombras
y tranquilos encinares.
Que te has marchado, momento,
porque siempre ocurre así,
enamorado del tiempo
y encaprichado de mí…
Con la carne de fantasma
que disfruté en la ocasión,
me alimento del recuerdo
que de tu instante nació.
Y que te has desvanecido,
pero no completamente,
y que te llevo conmigo
en cada tiempo presente…
Que te sigues escapando
cuando vuelves a llegar,
que contigo voy andando
cada momento que va.
Ésta se la he escrito a todos los "momentos" que nos llenan de recuerdos, con el tiempo...