domingo, 18 de noviembre de 2012

Muertes


Hay una extraña muerte
que no requiere entierro,
ni luto, ni abalorios,
ni sepulcro, ni orador.

Es un final cansado
de tedios misteriosos,
silencios dolorosos
sentencias de un adiós.

Hay muertes vecinales,
cercanas, familiares,
adioses insidiosos,
reproches, cómo no.

Pero sin lápidas de mármol
donde un nombre se talle,
la sombra de un ciprés
no sabe que existió.

Hay muertes invisibles
que importan y no importan,
dolores que entretienen
las horas que se escapan.

Y aunque sin las coronas
de lirios, las adornan,
porque en el fondo duelen,
porque en el fondo, matan.

A todas las pequeñas muertes que pasan desapercibidas. (Gracias por leer éste, mi humilde poema; que trata en realidad, de esas muertes "pequeñas" en apariencia cuyo dolor sentía al escribir, y sigo sintiendo aún en mi interior, son las de los derechos humanos) 
UNA PERSONA QUE OLVIDA SU PASADO, ESTÁ CONDENADA A REPETIRLO…

3 comentarios:

  1. Uno siempre debe ser consciente de su pasado, aprender de eso...las cosas malas, solo tienen un sentido cuando aprendes de ellas, cuando entiendes cómo es que ocurrieron y porqué ocurrieron y eres más cuidadoso a la próxima... aprendes, pero sino... estas condenado a seguir y seguir metiendo la pata...

    Gracias por pasarte por mi blog y por tu lindo comentario. Ya te añadí a mi blogroll para seguirte. Saludos dsd Peru.
    M.

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  2. Hay muertes invisibles
    que importan y no importan,
    dolores que entretienen
    las horas que se escapan.
    Magistral, en serio. Pensaba justo en eso (antes del leer la reflexión final), justamente el tema de los derechos, personificado en el tema de la esclavitud sexual y cómo de sórdida es la Sociedad en que eso no son más que números y estadísticas maquillables.
    Un saludo, te leo! :)

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  3. Es un poema precioso.

    Yo pienso muchas veces, cuando me despido de alguien que probablemente no vuelva a ver -sin ir más lejos de mis alumnos cuando acaban cada año- que ese adiós es en realidad una pequeña muerte.. por eso me entristece cada vez más despedirme.

    Un abrazo, y gracias por compartir tus poemas

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