viernes, 29 de octubre de 2010
Humo y lluvia
Tus ojos son de humo y lluvia
y en ellos quiero descansar
con todo lo que siento,
tenderme en tu mirada
en éste mismo momento
y no despertar de éste sueño;
por nada.
Tus ojos son del humo de los sueños,
tus ojos son de lluvia inesperada,
mis ojos en los tuyos, cercanos y pequeños
reflejos son que crecen de la nada.
Tus ojos son sentir, y dentro el alma
da la mano y tira de ésta alma mía,
y siento esa presión que a mí me calma,
llenando de calores ésta noche fría.
Tus ojos son de humo y lluvia,
y el humo en tu mirada me adormece,
con la lluvia que contienen cuando miras
la hierba en mi coraza… Ama y crece.
martes, 26 de octubre de 2010
La otra cara de la Señorita Tess D´urbeville
Tess fue una chica que vivió a mediados del siglo XIX, ahorcada en Wessex siendo aún joven.
Su ejecución, (la de una muchacha joven y muy bella), publicada en los periódicos locales del Dorset (Inglaterra) animó al escritor inglés Thomas Hardy a investigar la historia de esa muchacha, que acabó con un triste y gran descubrimiento culminando así en su clásico “Tess D´urbeville”, junto con “Jude el oscuro” hacen sus dos novelas más famosas.
En los años 20 se adaptó esa novela en una película muda, y en 1998 en una especie de “telefilm” que se quedó muy atrás de la esencia de la historia. Fue Roman Polanski, quien en 1979 adaptó el libro a la pantalla en la película “Tess”, que obtuvo 6 nominaciones a los óscars (entre ellas, mejor película, banda sonora y director) y que se llevó 3: Mejor fotografía, vestuario y dirección artística. Sin contar con los premios que además obtuvo por toda Europa arrasando en los César franceses.
La película fue un regalo póstumo a su mujer, la actriz Sharon Tate, a quien conoció durante el rodaje de uno de sus primeros films, “El baile de los vampiros”. Su novela favorita era Tess D´urbeville, y le regaló un ejemplar a Polanski. Poco tiempo después, y embarazada de 8 meses, era asesinada y descuartizada por Charles Manson, uno de los más terribles asesinos de la historia del mundo moderno.
Tiempo después y exiliado por los motivos que todos conocen, asentado de nuevo en Francia, rodó el film “Tess” dedicado a su mujer, y supo sacar esa esencia triste y dulce de fatalidad que encierra esa novela, también mi favorita. Un cruce de destinos en donde una actriz asesinada, un escritor clásico, un director mitológico y maldito, y una campesina condenada a muerte tuvieron un encuentro en la vida, sin llegar a conocerse.
domingo, 24 de octubre de 2010
Tess
Voy a contar una historia real, una de las más bonitas y tristes que quizás he conocido en mi vida, de ella surgió un clásico de la literatura y otro del cine. Más adelante, en otra entrada, daré los datos de ésta historia. Ahora voy a hablar del lugar que anduvieron aquellos pasos, de los pastos que susurraron al contacto con una falda vieja, de las ilusiones que existieron en un corazón, de caminos, del crujido de un sueño roto, y de las verdades asesinas de una mujer atrapada en una época. Bajo el cielo que vio aquel destino seguimos estando también nosotros, es el mismo color, la misma distancia, iguales nubes, otra época…
Hay una muchacha muy bonita tendida bajo un árbol, al anochecer, en un bosque medio deshojado por el otoño, hace frío, la niebla comienza a levantarse, se prepara para dormir después de andar y andar, de trabajar, cavar la fría tierra de Inglaterra sacando patatas y remolachas para luego de un largo día de trabajo, calentar su cuerpo con algo de caldo y pan, va buscando algo, empieza a llorar tendida allí, y cubriéndose la cara con la mano, susurra: “Todo es vanidad”.
Quisiera poder encontrarla en el tiempo, darle la mano, guiarla y decirle que no es así, apoyarla en su lucha un poco más, lo justo para sobrevivir y escapar de aquello, lo justo para iluminarla con una sola esperanza, y cambiar su muerte por una vida primero. Quizá pensara que su lugar estaba más allá de las cancelas de un viejo cementerio, donde descansan los huesos de sus antepasados vigilados por cipreses y serios crucifijos de piedra y madera. Podría hacer saltar su vista con el pensamiento, más allá de las tapias de aquellos viejos cementerios que ya no existen; podría andar un poco con ella para que pudiese hablar y llorar, podría hacerla reír; podría compartir un solo sueño suyo y decirle lo valiosa que es. Podría regalarle un espejo y decirle que su bello reflejo no es un castigo, podría llevarle chocolate, darle con mis palabras un lugar a donde ir, un destino, regalarle la idea que no se le pudo ocurrir entre tantas tristezas, y asustar la soledad a nuestro paso por aquellos senderos pardos y durmientes. Podría decirle cómo se acaban por dejar atrás las malas rachas, como se aprende a vivir con una herida, cómo de dulce puede ser la vida nueva cuando se está dispuesto a continuar y encontrarla, qué es una violación y qué es recuperarse, qué es perder a un hijo, qué es enamorarse y ser correspondido, qué es soñar y ver cómo se hace realidad mucho de lo que deseamos si no nos dejamos caer llorando en la tierra desilusionados. Podría abrazarla y decirle al oído: -Se acabó pequeña, ya no tienes que llorar, estás viva. Pero no puedo decirle nada porque la ahorcaron aquel último invierno y su destino se cerró en torno a su cuello.
Ya hoy no puede volver a ser una tragedia ser mujer, ser negro, indio… Ser homosexual, ser inteligente y sensible y pertenecer a la más baja de las clases, eso tenemos que enterrarlo cueste lo que cueste para que no vuelva a existir jamás.
miércoles, 20 de octubre de 2010
Todas éstas cosas malas
Ya estoy harto, bueno, hace mucho que estoy harto. Intento sobrellevar las cosas lo mejor posible aunque todo se vaya derrumbando a mi paso, como si portara una extraña enfermedad que corroe hasta las paredes, pero yo aguanto estoicamente. Me despierto triste casi todas las mañanas y me lanzo al café, mientras lo tomo, pienso en las mejores cosas posibles, son sueños, pero sueños que pienso llevar a cabo, lo hago todo muy poco a poco, pero lo hago. Pienso en mi amor, pienso en mí, me miro al espejo, debo de quererme, me voy queriendo poquito a poco. Miro mis ojos, mis labios, mi nariz, el corte de mi cara, me voy queriendo, me ilusiono, me reconozco. La tristeza se marcha habiendo perdido su batalla un día más, pero cuesta trabajo, hay que esforzarse mucho y no rendirse. Me llevo a cuestas día tras día y trato de hacer que mi propia carga sea dulce y agradable; lo consigo; la tristeza me mira desolada, hoy tampoco ha podido conmigo.
Pero estoy harto, necesito un inciso. Descanso, sigo, descanso, pienso, trabajo…Se acabará. Un día, y será pronto, tendré mi casa (que ya estoy buscando), dejaré todo esto atrás, mi infancia, mis traumas, sí, esos traumas con los que todos cargamos. Mandaré a la mierda todas éstas cosas malas (sí, a veces puedo ser de lo más ordinario, y me gusta), me tomaré una copa a mi salud, y me reiré. Ahora también me río, no cuesta tanto, nadie es tan pobre que le falte una sonrisa. Tengo ganas de aislarme, pero no lo hago, sería un punto a favor de la tristeza. Tengo ganas de no hablar, pero hablo, no tengo ganas de hacer nada, pero hago cosas. Lucho por mí, no quiero defraudarme. Si tengo vida, la veo, tengo amor, tengo salud; estoy en disposición de vencerlo todo, por lo tanto…
Pero estoy harto, llegan las navidades, pronto, serán malas, sí, lo sé. Las cosas en casa no van bien, y habrá soledad y recuerdos, habrá tristeza. Me da igual, vestiré mi árbol, saldré a mirar escaparates, ayudaré a mi madre a preparar una cena espectacular y me tomaré alguna que otra copilla. Veré alguna de mis pelis favoritas y por supuesto, en cuanto vea a mi novio me lanzaré al más escandaloso de los placeres abandonándome a la carne, al sentimiento, en cuerpo y alma, y voy a traspasar cuantos umbrales me encuentre.
¿Eso es luchar?, por supuesto, no pienso abandonar ésta miserable y complicada vida a no ser por la fuerza, y me he jurado a mí mismo, que el día que la muerte se me venga a llevar, me agarraré fuerte a lo que encuentre, gritaré, hecho un basilisco, arañaré, blasfemaré, y cuando no tenga más remedio…Me iré con la satisfacción de haber aprovechado la vida, y de haber luchado…Siempre.
Así soy yo.
sábado, 16 de octubre de 2010
Muy difícil
Qué difícil es decir: -Ya no te quiero,
qué difícil es amar y estar aún sólo,
que difícil es decir: -Renuncio a ti, ya no eres mío,
qué difícil es querer no equivocarse, no enamorarse…
¡Resulta tan difícil todo!.
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Qué difícil esquivar la soledad
y estar en soledad si se desea,
qué difícil es callar, cuando se quiere hablar
y hablar cuando el ruido te rodea...
¡Resulta tan difícil todo...!.
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Qué difícil acabar cuando no quieres continuar
y qué difícil continuar si te apetece seguir,
qué difícil es llorar, qué difícil es reír,
cuando quieres estar triste y cuando quieres ser feliz.
¡Resulta tan difícil todo...!.
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Pues sí que es difícil vivir, cariño mío,
o morir, si así queremos,
qué difícil que nos amen cuando amemos,
o abrir los ojos, al menos;
qué difícil es que nos perdamos o nos encontremos,
y apreciar a tiempo aquello que tenemos.
oooooooooooooooooooooooooooooo
Ésta te la dedico a tí, que la estás leyendo. Gracias por la visita; aprendamos y que nos valga, la vida es corta, por eso precisamente hay que aprovecharla al máximo. Un abrazo para quien lo necesite.
jueves, 14 de octubre de 2010
Oscura Edith
Quiero volver a ver como tus manos, mariposas nocturnas nacaradas vuelan alrededor de tu semblante mientras cantas a la muerte, oscura Edith, una y otra vez.
Eres una Diva fantasmal que me hipnotiza, con tu voz, que parece salida de lo más hondo de una mina de carbón, humilde loca comprendida, reprendida y respetada, que quiso, creyendo en Dios, arrepentirse y ya fue tarde para tu carne maltratada. Pero como tú, oscura Edith, creíste en Dios, con él estás.
Quiero volver a ver tu cruz, colgando sobre tus pechos, brillante y estática, que parece que te escuche igual que yo; pero si hago eso, no podré cerrar los ojos mientras escucho tu voz, tal como me gusta, oscura Edith, porque así es como te siento, en la profunda negrura que imagino cuando desconectando de mi alrededor tarareo muy bajito a tu compás “Non, je ne regrette rien”, y sé que si no te arrepientes de nada, es, porque creyendo en la redención aceptas tu falta, la admites, y te dispones a empezar de nuevo, el tiempo de vida que te quede.
Oscura diva fantasmal de voz del alma, eres Europa y tú misma, como una flor, que aún crecida detrás de un pozo sigue siendo bella y oliendo igual de bien que cualquier otra; humilde y despiadada Edith, valiente e inconsciente Edith, frágil y dura Edith que estás entre los muertos. Aún te escuchamos los vivos y sabemos lo que tú quisiste, oscura Edith.
Descansa en paz
lunes, 11 de octubre de 2010
En el fondo del mar
Hay caricias en el mar, yo lo sé; cuando corrientes profundas las balancean y se pasean por el rostro suaves y sin permiso, sus hojas oscuras y húmedas. Hay besos de agua fría y salada que llegan al alma, pero no la encienden.
Hay anémonas, corales, que se pegan a los pies y no acompañan, uniendo el inmenso escenario; rocas marinas, conchas, algas, esponjas. Hay pequeños pececillos multiformes de colores variados que no se aprecian en la oscuridad, sin luz, que vagan a tu alrededor en donde yaces prendido y olvidado.
Yo sé de un barco viejo, herido, que estuvo en puerto una vez, que anduvo direcciones y tuvo destinos y llevó ajuares y especias, cristal, monedas, sal y tejidos; donde hubo voces y alguien cantó sobre las olas al despuntar el día, y donde suspiraron con sueños profundos y fugaces al ponerse el sol, olvidados de sí mismos, los fantasmas que vivían con la luz solar al cruzar el portal de la vigilia y el sueño. Barquito hundido en el agua, dormido sobre la cima que el mar cubre porque es suya, cercado de posidonias y cangrejos.
El silencio allí es distinto, pues es la usencia de sonidos, es como el peso del tiempo que te duerme y se detiene. Allí mirar hacia arriba la tenue luz que abajo llega, imaginando el aire y las aves que son como estrellas aladas que se ríen de todo mientras vienen y van, libres de cargas triviales en lo sencillo del ser lo que son.
Yo sé de un alma que se resignó al mar un día, y decidió dormir y decidió soñar, en la profundidad, y abrazar el agua y aquel mundo; y que de golpe un día, abrió los ojos y se halló al sol, viendo campos, árboles, caminos, y rió feliz, sembró una huerta y amó. Pero todas las noches, al dormir, seguía soñando con el frío, profundo, oscuro y silencioso fondo del mar.
viernes, 8 de octubre de 2010
Más allá
Más allá de la muerte
Quiero estar enamorado;
Del árbol que planté,
De ti,
De cada sueño soñado.
De las tardes que lloraban,
De las noches que reí,
De las mañanas de luz,
De ti,
Del alma que llevo en mí.
De aquella triste canción
Que a veces me hacía llorar,
Del gorrión que yo salvé,
De ti,
De la tierra, y del mar.
De la madre que me dio
El “primer” de los suspiros,
Del amigo que escuchó,
De ti,
De las estrellas que miro.
Del abrazo inesperado,
Del beso que deseaba,
De lo malo que aprendí,
De ti,
Del camino que aún quedaba.
Más allá de la muerte
Quiero estar enamorado,
De la vida que viví,
De ti,
De tanto amor que me han dado.
miércoles, 6 de octubre de 2010
UNA MENTIRA
Nunca nadie me dirá que he muerto,
nunca sabré de que labios vino el beso
que intentaba despertar mi beso frío,
porque en éste Invierno mío
hay escarcha en los desiertos.
Nunca nadie cogerá mi mano
para guiarme con él a otro lugar,
porque no encuentro en mi camino
a nadie que le guste caminar.
Nunca nadie me dirá qué estrella es mía
ni sabré si se apagó, por qué existía,
con qué motivación ardía...
Nunca nadie me dirá por qué viví
mientras me llega su aliento,
tan cercano nuestro encuentro
y nunca olvide que existí.
Nunca nadie pedirá éste beso mío
mientras dura mi calor,
y lo recuerde, con amor
cuando mi pecho esté frío.
Nunca nadie me dirá que he muerto,
porque a nadie importará que no lo sepa,
cuando a los huesos, la muerte trepa,
¿qué me importará no estar despierto?.
VUELVO A REPETIRLO: Una mentira, gracias a Dios, una grandísima mentira.
Por cierto, amiga Marina, si lees ésto te prometo hacer algo más "dulce" cuando me vuelva a atrever a introducir versos en el blog. Abrazos
martes, 5 de octubre de 2010
Luz dorada de una tarde para recordar
Hoy mi alma no está conmigo, de alguna manera me siento un poco vacío hoy, desconcertado, como si algo de repente me faltara, algo que no reconozco inmediatamente pero cuya falta advierto, así que debe de ser el alma que ha salido sola a pasear, digo yo.
Hace una tarde de otoño soleada pero fresca, a éstas horas el sol se pone ya, y la luz es dorada, la luz dorada del atardecer me recuerda un poco a los domingos, día en que la semana termina, siempre son un poco tristes los finales, empiece lo que empiece; me llena de nostalgia. Mi cabeza hoy quiere pensar y pensar y así fatigarme, pensar en todo lo que he conseguido, en aquello que me falta, en lo que falta a alguien, en quién necesita qué, no sé, un verdadero lío.
Mis neuronas todas revueltas, algunas se deben querer tomar ya las vacaciones de invierno, pero es un poco pronto. Otras, recién venidas del verano han estado en muchos sitios, y aún no están muy coordinadas, digo yo. Estoy pensando en el verano que me dejo atrás, el verano de mis 31 años, en éste verano han ocurrido cosas muy bonitas, también he llorado bastante más de lo habitual en éstos tiempos; se preparan cambios. He tomado el sol del verano de 2010, eso nunca más lo haré. Ha habido despedidas dolorosas y reencuentros, ha habido tedio, diversión, amor, mar, desorientación, reubicación, ha habido conchas y helados, palabras, ginebra a poquito a poco, suspiros, recuerdos, reproches, sueños, deseos, añoranza. He llegado a cansarme mucho, muchísimo, a no querer despertar mas de una mañana, me hacían falta 1000 horas de sueño y no era posible; quería hibernar e ir al mar, quería…
Ahora estoy lleno de colores que no tengo tiempo de poner en su sitio, de besos que me tengo que guardar amontonados para dejarlos salir una vez por semana, de abrazos. Pronto se nos echará encima la Navidad, llenita de nostalgia, de faltas, de novedades. Prepararé cosas y saldré, lloraré, me divertiré, me acordaré de tantos momentos…Esto se llama nostalgia, si señor, es la tarde de hoy quizá, fue la de ayer. No, la tarde que es aún no ha llegado.
Mi perro mirará cómo decoramos de nuevo el árbol, bueno, yo solito, mis padres ya no hacen nada (mi padre nunca, desde luego) y mi hermana éste año ya no está, se casó en verano, ahora es independiente. Supongo que habrá chocolatinas y prepararé vieiras al horno el día 31 de Diciembre, tomaré las uvas y me iré corriendo buscando a mi amor para darle un beso de año nuevo y aprovecharle hasta el máximo antes de volverme a despedir, porque nunca me quiero ir, pero me voy; porque nunca quiere que me vaya, pero me deja marchar.
Hoy es un día para recordar, vaya que sí, mis recuerdos están alborotados como demonios libres en un día de viento y polvo, me va a costar mucho trabajo conseguir recoger hasta el último, para volver a dejarlos en su lugar, hasta… No lo sé.
domingo, 3 de octubre de 2010
Crujiente Otoño
Crujiente Otoño que me regalas un año más, tú me ves pero pasas sin mirarme, dejas que te disfrute y me desprecias, y no te importa no encontrarme un año más, si un día faltase. Debe de seguir habiendo otoños para los demás, y los árboles necesitan desvestirse cuando llegues hasta ellos, como mujeres solitarias que esperan un amante evasivo, se despojan de todo al sentirte y se duermen mientras pasas.
Se hace indispensable dedicarte éste momento, es la hora. Los paraguas se abren a tu paso como flores enlutadas que florecen de golpe, triste y tranquilamente, y llueves. Me haces recordar, me haces entristecer un poco, pero no puedo evitar amarte. Te ha recorrido el niño que fui llenándome de todo cuanto me deparabas, camino del colegio, mirando los arroyuelos de agua fría que corrían hasta las alcantarillas, sintiendo mi cara fresca y mi nariz dormida; buscando los arcoíris que se formaban en el asfalto cuando el agua corría mezclada con los aceites de los coches, arcoíris nacarados que vivían en el suelo de mis otoños queridos de la niñez. Hay tareas que hacer y estudio en mi habitación, pero tú sigues ahí, otoño persistente, tras la ventana. Rayas los cristales con tus tímidas gotas que reclaman mi atención, y me distraigo; al fin y al cabo sólo soy un niño.
Me asomo a la ventana y huelo a ti, el día es seco, pero llegaste el 23 y yo lo sé, aunque te escondas el aire lleva tu aroma, con un toque de humedad y cambio inconfundible. Me siento lleno de nostalgia. Queda atrás y olvido aquel día de sol de junio en que mi abuela lavaba los sofás y las sillas, lo sacaba todo al patio y pintaba la casa. Mi madre cocinaba algún guiso con el que me cuidaba y yo lo olía, un día sin colegio, asomado a la ventana con el sol tostando mi cabecita mirando ese patio lleno de muebles y escuchando a mamá cantar “Yo no soy esa” mientras pensaba: Qué bien, tengo un día entero para hacer cosas, ¡cuánto voy a jugar hoy!.
Querido y crujiente otoño, te estaba esperando.
viernes, 1 de octubre de 2010
El festín de Babette
Ésta es una película de demasiado buen gusto, tanto, que no es fácil que agrade a cualquiera. Es danesa, y obtuvo el premio de la academia a mejor película de habla no inglesa en 1988. Aunque pocas personas conozcan éste film, sentó precedentes en el cine, y se ha copiado y vuelto a copiar su esencia, que trata de cómo a través del sentido del gusto se puede llegar al corazón de las personas, y se puede dar la vuelta a diferentes situaciones, claro está, que en otros filmes al respecto se le ha dado diferentes tonalidades al tema para hacerlas más vistosas al público.
No hace mucho Catherine Zeta Jones protagonizó un film con éste tema, está la famosísima (y también nominada al mismo premio de la academia) “Como agua para chocolate”, basada en la novela del mismo título que es ya considerada casi un clásico. Está “Tomates verdes fritos” en que se mezclan el tema culinario con la historia que acontece, la muy reciente “Julie y Julia”, protagonizada por la incansable Meryl Streep, basada en hechos reales, alegre, colorista, positiva y muy recomendable también, y muchísimas más.
Ésta es una historia sobria, elegante, muy religiosa, llena de bondad y de valores, que cuenta cómo a la vida de dos hermanas solteras muy puritanas y piadosas, llega Babette tras la revolución francesa, buscando refugio en su pequeña isla danesa, portando una carta de recomendación que traerá diferentes recuerdos a las dos hermanas, y cómo la acogen con resignación y algo de inquietud, acostumbrándose a su compañía y buen hacer mientras la historia te va paseando por el pasado de ambas hermanas y por la historia religiosa de la pequeña isla, en donde una comunidad en aparente buen hermandad, también está llena de rencorosos secretos que acaban superando en una unida comida que ofrece la protagonista (ya veréis por qué), y que lleva tras de sí un enternecedor trasfondo, que acaba transformando las simples almas que bajo el seno protector de ambas hermanas resisten calmadas sus impulsos.
Para mí (y para muchos) ésta película, obra de arte donde las haya, discurre perfecta y serena llenándote de tranquilidad mientras la ves, porque en ésta historia algo triste, dulce y conmovedora, llena de amor al prójimo, no cabe mal alguno para aquellos que como ninfas viejas y oscuras la habitan.
La recomendación de éste film tan conmovedor y especial se la dedico a la hermana Sor Cecilia, a quien he conocido en su tierno blog “estoyatuladosorcecilia.blogspot.com”, que recomiendo a quien guste de pasear por tan tranquilo lugar, ya que ella me ha inspirado el recomendar una película de éstas características, que tengo alojada en mi memoria desde la primera vez que la vi, y cuya bondad y cariño me ha traído precisamente éstos recuerdos, que siento, cada vez que visito su blog. Un abrazo SINCERO Sor Cecilia.
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