lunes, 11 de octubre de 2010
En el fondo del mar
Hay caricias en el mar, yo lo sé; cuando corrientes profundas las balancean y se pasean por el rostro suaves y sin permiso, sus hojas oscuras y húmedas. Hay besos de agua fría y salada que llegan al alma, pero no la encienden.
Hay anémonas, corales, que se pegan a los pies y no acompañan, uniendo el inmenso escenario; rocas marinas, conchas, algas, esponjas. Hay pequeños pececillos multiformes de colores variados que no se aprecian en la oscuridad, sin luz, que vagan a tu alrededor en donde yaces prendido y olvidado.
Yo sé de un barco viejo, herido, que estuvo en puerto una vez, que anduvo direcciones y tuvo destinos y llevó ajuares y especias, cristal, monedas, sal y tejidos; donde hubo voces y alguien cantó sobre las olas al despuntar el día, y donde suspiraron con sueños profundos y fugaces al ponerse el sol, olvidados de sí mismos, los fantasmas que vivían con la luz solar al cruzar el portal de la vigilia y el sueño. Barquito hundido en el agua, dormido sobre la cima que el mar cubre porque es suya, cercado de posidonias y cangrejos.
El silencio allí es distinto, pues es la usencia de sonidos, es como el peso del tiempo que te duerme y se detiene. Allí mirar hacia arriba la tenue luz que abajo llega, imaginando el aire y las aves que son como estrellas aladas que se ríen de todo mientras vienen y van, libres de cargas triviales en lo sencillo del ser lo que son.
Yo sé de un alma que se resignó al mar un día, y decidió dormir y decidió soñar, en la profundidad, y abrazar el agua y aquel mundo; y que de golpe un día, abrió los ojos y se halló al sol, viendo campos, árboles, caminos, y rió feliz, sembró una huerta y amó. Pero todas las noches, al dormir, seguía soñando con el frío, profundo, oscuro y silencioso fondo del mar.
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Muy bonito tu descripción de ese fondo de mar que yo tantas veces he buceado para coger mejillones, langontas, y pulpos en una barca de pescador.Segue soñando en esa agua aunque al abrir tus ojos contenples otra realidad, que también es hermosa.
ResponderEliminarCon ternura para mi cordobés
Sor.Cecilia
Un relato que me ha llevado a sumergirme en el mar profundo entre anémonas y corales. En el fantástico mar donde todo es silencio, belleza...
ResponderEliminarMe ha gustado tu entrada, ha sido vivir un agradable sueño.
Un beso
Tu relato invita a sumergirse; me parece una bella prosa poetica.
ResponderEliminarUn abrazo
Pero estar allí es como perderse del mundo, es huir de los que el mundo nos puede dar. Posiblemente, en algunos momentos será bueno evadirse así, pero no en todos, o por lo menos no creo que en todos sea bueno.
ResponderEliminarUn beso cielo
Que hermoso escribes!
ResponderEliminarHay cierta paz en ese tipo de silencios e innumerables razones para no razonar, no todo debe tener un justificativo, simplemente es.
como un tesoro enterrado en el fondo del misterioso mar has escrito este relato.
gracias por todo lo lindo que me dejas en tus visitas.
=) HUMO
Vengo a saludarte, porque no se cuando tendré tiempo para volver, espero que esté bien y feliz.
ResponderEliminarCon ternura
sor.Cecilia