jueves, 30 de septiembre de 2010

El pollo rosa


Ésta pequeña historia forma parte de mi niñez, de las que tantas otras ya he olvidado. Apenas recordaba ésta, pero mientras tomaba café me ha venido a la mente como “una pedrada”, y no he podido evitar el tener que sentarme a “rescatar” mi recuerdo antes de que se vuelva a desvanecer.
Yo fui un niño muy especial, debéis creerlo porque lo digo yo, jj, y siempre tuve una conexión muy especial con mi madre, a quien adoraba, al contrario que mi padre con el que apenas he mantenido relación, ya que aún siendo lo buen padre que ha podido, siempre se ha mantenido distante, gruñón, y poco comunicativo. Mamá era muy bonita, para todos los niños su madre lo es, pero al crecer me he dado cuenta de que mi madre era reálmente bonita, para mí y para el resto de niños que compartieron mi infancia; tenía una cara bonita, una piel suave y blanca, una nariz pequeña ( que he heredado) , unos ojos muy dulces y un maravilloso y abundante pelo, largo y castaño claro que se ondulaba en sus extremos. Tenía (y sigue teniendo) un cuerpo bastante bonito que casi mantiene hoy a pesar de su edad, y yo la miraba deslumbrado cada vez que venía a recogerme al colegio, lleno de orgullo, porque mi madre era la más bonita de las madres que esperaban a la puerta del colegio.
La historia del pollo es corta. Jjj.
Un día bajé al mercado con ella, era muy pequeño, el caso es que fue la primera vez que vi aquello, que no la última. A pesar de todo mis padres eran unas personas muy prácticas y muy de campo, sencillos y humildes, y no se andaban con muchos rodeos a la hora de que mirásemos algunas verdades a la cara.
En una caja, en uno de los puestos del mercado, donde vendían huevos y otra clase de animales, había un montón de pollitos de todos los colores, -¡santo cielo!- pensé, - ¡pollitos de colores!. Yo nunca he sido un niño que pidiera mucho, me conformaba bastante con lo que me daban, y si pedía para mí, pedía también para mi hermana. Pero aquel día me daba igual mi hermana, quería uno de esos pollos a cualquier precio, me gustó especiálmente el de color rosa (me encanta el rosa de toda la vida, me parece un color de broma y divertido). Pedí el pollo muy seriamente: -Mamá, quiero un pollo rosa.
Mi madre lo pensó, me miró y me dijo: -¿Y qué vamos a hacer con él cuando crezca?, si es gallina nos lo podremos quedar ya que al menos pondrá huevos, pero si sale pollo, habrá que matarlo para comer, ¿para qué queremos un pollo?.
Teníamos un patio inmenso y un terreno tras la casa donde mi “pollo rosa” podría vivir feliz, no pensaba en otra cosa, así que volví a insistir sin dar explicaciones. Mi madre accedió y escogí mi pollo rosa, con el que me fui muy contento a casa.
En mi vida he tenido muchísimas desilusiones, dos de ellas fueron las siguientes:
1ª. El pollo creció y mudó las plumas, o sea que no era verdaderamente rosa, me sentí ultrajado y crédulo, estafado, desengañado de la vida: No existen los pollos de colores.
2ª. El pollo resultó ser macho, y mamá cumplió su promesa. No nos podíamos quedar el pollo si era macho.
Sufrí las consecuencias de mi elección, tuve una decepción y me quedé sin pollo, pero a pesar de todo lo superé, ¿o no?. ;-)

3 comentarios:

  1. ha sido un placer recibirte en mi blog y dejarme tan bellas palabras en diferentes poemas ...gracias y un beso
    Marina
    si mi nombre es tan transparente como yo misma desde hoy tu amiga Marina

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  2. ¡Hola mi cordobés! Paerece que mi Marina y yo hemos salido juntas de paseo para venir a verte!
    Gracias por pasarte por mi casa que es la tuya, me encanta que te sientas bien en ella, hay muy buena gente, entre poetas te llevaremos en algodones.
    Te relato muy bonito, me gusta como admiras a tu madre, dale un beso de mi parte y dile quien te pide que le des el beso...una monja que reza por vosotros.
    Luego, deseo destacar tu buena redacción, te aplaudo y animo a que sigas escribiendo , aunque sean recuerdos de tu infancia, yo lo he hecho y tengo que continuar, dentro de unas semanas quizás no se, aún no he pensado que haré en el blog.
    Estoy a tu lado, es tu amiga para todo.
    Recibe mi ternura
    Sor.Cecilia

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  3. Ayyyy, tu relato me ha recordado cosas de la infancia jejej, y me son muy familiares esos sentimientos, solo que a mi los dos pollitos uno rosa y otro azul, se murieron al día siguiente porque los habían pintando con spray...Sí, técnicas de los ochenta, pero ya se ve que esto ha avanzado mucho en la tecnica de pintar pollos...
    por lo demás ya en serio un relato muy hermoso. Sigue escribiendo me encantará leerte.

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