jueves, 16 de septiembre de 2010

Sueños


Sueños con un salón del color de los limones, de muebles blancos y un ventanal enorme que lo preside al frente. Una de las paredes es de color distinto, pero en los sueños no se sabe de qué color es. En la mesa blanca hay un gran cristal que la cubre y sobre el cristal hay flores frescas en un jarrón liso y transparente. Hay un ordenador portátil cerrado y dos cafés, uno solo con hielo y otro con leche.
En los sueños hay un sofá azul que nada tiene que ver con las paredes del color de los limones, ni con el blanco de los muebles y una gran burbuja de cristal llena de conchas marinas, caracolas atigradas y orejas de mar… Son sueños, nada más.
En la pared un cuadro color miel y azul profundo, hay tres cipreses lejanos sobre un lago, y en los sueños unos ojos lo miran recordando otra pared lejana y triste que ya no existe. Hay sillas blancas y dos sombras que se proyectan en el suelo de quien estará en el salón. Una me recuerda a ti, pues parece que sonría y que me quiera.
Hay un reloj de arena azul con un color que no tenía en su soporte, porque los sueños decidieron cambiarlo y la querida sombra que sonríe da el visto bueno. Pegada al salón en la cocina, una cocina muy divertida, hay dos platos de comida exótica que se está dispuesto a probar por curiosidad, y hay un dulce casero que apetece después, pero es el dulce de un sueño para que lo compartas con él, y como aún no existe, habrá que hacerlo.
Siento gemir en un dormitorio de cama grande, es un gemir lejano porque aún no existe, y ruido de caricias y secretos de alcoba, cosas que se cuentan sobre la almohada antes de entrar al otro mundo de los sueños, el que nos sobreviene cada noche cansados de existir un día entero lleno de ajetreos y proyectos, de trivialidades y costumbres queridas.
Y en un cuarto de baño de barro de colores alguien de sueños se limpia los dientes frente a un espejo.
Sueños de un día que amanece con cosas por hacer y una luz radiante y clara que abre de nuevo todas las habitaciones, tranquila y despreocupada, lanzándonos al mundo después de un abrazo, y llenos de esperanzas.

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