jueves, 9 de septiembre de 2010
IRIDISCENTE
Los recuerdos que de ti guardo son como un caleidoscopio en mi cabeza, están por todas partes, juntos y desperdigados, son de muchas formas, tamaños y colores, algunos incluso “huelen” bien cuando los percibo. A veces veo una niña con el pelo muy largo y liso que viene a buscarme al patio del colegio, a la hora del recreo, tienes un caleidoscopio de cartón rojo en la mano con su lente rota, y yo, te cuento una historia de miedo.
Hemos descubierto que María del Mar es una “chuleona” y a veces nos juntamos con Marta o María Martínez a la hora del recreo, pero yo te prefiero a ti. Tú has descubierto “El barco de vapor” y “El duende verde” y los lees. Devuelves “Fray Perico y su borrico” a la biblioteca del colegio y yo lloro con “Adiós Josefina”, mientras el niño del libro aprende que no todo se puede tener en éste mundo.
Ayer vimos Fraggle rock y a la tarde, descubrimos que en los botes de champú de Johnson´s venían unos pendientes de plástico translúcido, con formas de diferentes frutas de diversos colores pasteles y transparentes. Tú tienes unos pequeños limones, y yo he regalado a mi madre dos manzanas muy bonitas, son un tesoro.
Han estrenado “Viernes 13” en el cine de verano y está prohibida a los niños, pero yo he conseguido verla y te la cuento, a ti te da miedo, pero escuchas, y llevas unos coleteros a lo largo del pelo de un azul oscuro muy brillante, y tienes unos ojos enormes en los que me reflejo.
Te llamo siempre “muñeca” porque eres muy bonita, y claro está, sé que te gustan las cosas bonitas; coleccionas marcapáginas y ya eres una mujer. Te gusta el nácar y la madreperla y te regalo una caja metálica cubierta de madreperla que hace aguas verdes, azules y violetas, para que guardes cosas. Te gusta el coral y la plata, y las incrustaciones de piedras bonitas no muy valiosas, de llamativos colores, te gusta el lapislázuli, el jade y el ámbar, también la turquesa, y los vestidos vivos que realzan tus formas voluptuosas y españolas. Te encanta el café y lo tomamos juntos, las comidas tradicionales y los sabores nuevos, exóticos y llamativos, que asimilas o rechazas con naturalidad y convencimiento. Te gusta llevar las uñas limpias y esmaltadas, y a mí, cuando veo moverse tus manos al hablar, blancas y suaves como dos palomas, tus uñas esmaltadas me parecen el casco de un barco muy brillante y pequeño que refleja el agua de un fondo poco profundo y muy luminoso, agua que se mueve perezosa y viva. Sigues creciendo, porque aún eres pequeña; y aprendes más y mas cosas, dejas libro por libro todo cuanto tocas, abres y lees en tus estanterías repletas de novedades y clásicos. Llevas falda porque la prefieres al pantalón, sobre todo cuando sales, y muy rara vez te recoges el pelo. A veces sí te lo recoges, con un alfiler, de manera muy casual, cuando llevas tu pijama puesto en casa y te sientas a leer o hablar conmigo en el sofá, frente al patio con tu enorme y viejo limonero que nunca deja de dar fruto. Siempre que bajo el suelo del patio está salpicado de limones maduros y flores de azahar, tú te disculpas porque no te parece limpio, pero a mí me parece que está perfecto y que así está bien tu patio, salpicado de limones y flores blancas, porque aunque no te des cuenta, te quiero porque tú eres igual.
Amiga mía. (Para I)
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Anda, aquí está la historia que me comentaste. Bonitos recuerdos... seguro que ella los tiene tan tiernos como tú.
ResponderEliminarGracias, la verdad es que sí, a veces nos juntamos (no tanto como quisiéramos) y nos refrescamos la memoria. Son muchos años ya de amistad (27), me alegro mucho.
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