
Los recuerdos que de ti guardo son como un caleidoscopio en mi cabeza, están por todas partes, juntos y desperdigados, son de muchas formas, tamaños y colores, algunos incluso “huelen” bien cuando los percibo. A veces veo una niña con el pelo muy largo y liso que viene a buscarme al patio del colegio, a la hora del recreo, tienes un caleidoscopio de cartón rojo en la mano con su lente rota, y yo, te cuento una historia de miedo.
Hemos descubierto que María del Mar es una “chuleona” y a veces nos juntamos con Marta o María Martínez a la hora del recreo, pero yo te prefiero a ti. Tú has descubierto “El barco de vapor” y “El duende verde” y los lees. Devuelves “Fray Perico y su borrico” a la biblioteca del colegio y yo lloro con “Adiós Josefina”, mientras el niño del libro aprende que no todo se puede tener en éste mundo.
Ayer vimos Fraggle rock y a la tarde, descubrimos que en los botes de champú de Johnson´s venían unos pendientes de plástico translúcido, con formas de diferentes frutas de diversos colores pasteles y transparentes. Tú tienes unos pequeños limones, y yo he regalado a mi madre dos manzanas muy bonitas, son un tesoro.
Han estrenado “Viernes 13” en el cine de verano y está prohibida a los niños, pero yo he conseguido verla y te la cuento, a ti te da miedo, pero escuchas, y llevas unos coleteros a lo largo del pelo de un azul oscuro muy brillante, y tienes unos ojos enormes en los que me reflejo.
Te llamo siempre “muñeca” porque eres muy bonita, y claro está, sé que te gustan las cosas bonitas; coleccionas marcapáginas y ya eres una mujer. Te gusta el nácar y la madreperla y te regalo una caja metálica cubierta de madreperla que hace aguas verdes, azules y violetas, para que guardes cosas. Te gusta el coral y la plata, y las incrustaciones de piedras bonitas no muy valiosas, de llamativos colores, te gusta el lapislázuli, el jade y el ámbar, también la turquesa, y los vestidos vivos que realzan tus formas voluptuosas y españolas. Te encanta el café y lo tomamos juntos, las comidas tradicionales y los sabores nuevos, exóticos y llamativos, que asimilas o rechazas con naturalidad y convencimiento. Te gusta llevar las uñas limpias y esmaltadas, y a mí, cuando veo moverse tus manos al hablar, blancas y suaves como dos palomas, tus uñas esmaltadas me parecen el casco de un barco muy brillante y pequeño que refleja el agua de un fondo poco profundo y muy luminoso, agua que se mueve perezosa y viva. Sigues creciendo, porque aún eres pequeña; y aprendes más y mas cosas, dejas libro por libro todo cuanto tocas, abres y lees en tus estanterías repletas de novedades y clásicos. Llevas falda porque la prefieres al pantalón, sobre todo cuando sales, y muy rara vez te recoges el pelo. A veces sí te lo recoges, con un alfiler, de manera muy casual, cuando llevas tu pijama puesto en casa y te sientas a leer o hablar conmigo en el sofá, frente al patio con tu enorme y viejo limonero que nunca deja de dar fruto. Siempre que bajo el suelo del patio está salpicado de limones maduros y flores de azahar, tú te disculpas porque no te parece limpio, pero a mí me parece que está perfecto y que así está bien tu patio, salpicado de limones y flores blancas, porque aunque no te des cuenta, te quiero porque tú eres igual.
Amiga mía. (Para I)
Anda, aquí está la historia que me comentaste. Bonitos recuerdos... seguro que ella los tiene tan tiernos como tú.
ResponderEliminarGracias, la verdad es que sí, a veces nos juntamos (no tanto como quisiéramos) y nos refrescamos la memoria. Son muchos años ya de amistad (27), me alegro mucho.
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